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El Monte Kailash se encuentra en el centro de un sector de drenaje de la meseta tibetana desde donde parten cuatro de los grandes ríos del subcontinente indio: el Karnali (afluente del Ganjes), el Indo, el Sutlej y el Brahmaputra. El Monte Kailash (6.724 m.) no es la montaña más elevada de la región pero es muy característico su pico nevado con forma de casco. En tibetano, la montaña se conoce como Kang Rinpoche o “Preciosa joya de Nieve”. Durante mucho tiempo el monte Kailash ha sido objeto de culto de las cuatro religiones de la zona y continuamente se hacen peregrinaciones alrededor de su base. Para los hindúes es la morada de Shiva, el destructor y transformador; Para los budistas, es la morada de Demchok, una manifestación encolerizada de Sakyamini, versión budista de Shiva; para los jainistas de la India es el lugar donde el primero de sus santos se reveló y para la antigua religión Bon del Tíbet, Kailash era la sagrada montaña Svástica de nueve pisos, sobre la cual Shenrab, fundador del Bonpo, recibió la iluminación celestial. A unos 30 Km. al sur del Monte Kailash se encuentra el
Lago Manasarovar (4560 m.) o Maphamyumtso, que significa “Lago Victorioso”. Se trata del más venerado del Tíbet y uno de los más bellos. Se dice que las aguas del Manasarovar son como perlas y que beberlas elimina los pecados de 100 vidas.
Tholing y la vecina Tsaparang son las antiguas capitales del Reino Guge del oeste del Tíbet, hoy en ruinas. Aquí se encuentran los Monasterios de Zanda y Tholig y algunos palacios y chortengs. El Monasterio de Tholing , fundado en el siglo XI, llegó a ser uno de los complejos monásticos más importantes del Tíbet. Además de estos elementos, la zona también es interesante por su paisaje estratificado, resultado de la erosión ejercida por el río Sutlej en su transcurso hacia el sur. En la misma zona se encuentran las ruinas del Reino de Guge , que se extendió desde el siglo IX d. C. hasta el XVII, cuando desapareció sin dejar rastro. Su súbita desaparición ha sido un misterio hasta hoy, por ello las ruinas son fundamentales para el conocimiento de esta etapa de la historia tibetana. Fauna: Hay mucha variedad de animales: 40 especies endémicas de mamíferos, 23 de pájaros, 2 de reptiles y 10 de batracios. Algunos son: el yak, el antílope tibetano, el panda gigante y el rojo, la marmota de los himalayas. La mayor parte de la flora y fauna tibetana se concentra en las zonas del este y del sur, más húmedas.
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